“Paso a paso se llega lejos” es
la crónica realizada por Lisardo Pollan sobre la XVII MARCHA FERROVIARIA 2013.
Sensaciones, recuerdos y experiencias que nos descubren desde el punto de vista
del participante lo que representa esta actividad. Acompañamos el artículo con diferentes
fotografías de Sergio Moreno realizadas durante la Marcha.
“Paso a paso se llega lejos”
Institucionalizándose como un clásico, año tras año y uno más después
de muchos ya, se realizó la XVII Marcha Ferroviaria Denia-Alicante “La
Ferminera” que así se le podría denominar a esta ruta senderista que organiza
Fermín Moreno, un trabajador que lo fue, de la empresa ferroviaria FGV y aunque
ya está jubilado sigue al frente de esta atractiva pero dura prueba de
resistencia no competitiva, sigue trabajando en la organización casi como único
elemento, (bueno único no, porque implica también a toda su familia cuando
llega este día del evento), busca apoyo en el propia FGV, ayuntamientos por
donde transcurre el recorrido, cafeterías en el camino y cualquier otra empresa
que pueda aportar su desinteresada colaboración en mayor o menor medida,
esforzándose para que sea lo más económica y atractiva posible para los participantes.
Esta edición contó con más elementos extremos que la han hecho más dura
que la propia ruta de 105 kms. de una sola etapa, sino también la lluvia que
nos acompaño en un buen trayecto del día.
Salimos a las 21:30h del viernes día 26 de abril (fecha que varía,
puesto que se celebra entre los meses de abril y mayo, coincidiendo en fin de
semana de primavera con luna llena) desde la estación de Denia 36 andarines,
gentes de diferentes edades que previamente hemos accedido en el tren desde
Alicante. En esta ocasión se ha limitado la participación reduciendo el número.
Llegando a ser en alguna ocasión hasta 400.
Grupo de Senderistas de la XVII Marcha ( Foto de Sergio Moreno) |
Con mochila a la espalda, llevando lo indispensable para afrontar la
noche y el día siguiente, con linternas en la frente, con bastones algunos y
buena predisposición, nos dispusimos a emprender la marcha impacientes por
llegar ya casi antes de salir, a sabiendas de lo que nos quedaba por recorrer
por calles, caminos y senderos con diferente firme y esperando la lluvia que
nos amenazaba, según todas las previsiones, aunque nos respeto la noche, ¡menos
mal!.
Marchando por las calles de Denia, con un ritmo vivo y armonioso nos
dirigimos entre casas de campo y ladridos de perros hacia el término municipal
de Gata de Gorgos, pueblo en el que siempre nos ha recibido en todas las
ediciones, pese a ser de noche, gentilmente la alcaldesa junto un grupo de
amigos, invitándonos a mistela y bizcocho u otro dulce riquísimo del lugar
(este año la alcaldesa no ha podido estar, pero la representación municipal y
las viandas no han faltado. Por parte de Fermín, le hace entrega de un obsequio
por tal detalle, así como también a la viuda de Javier Mulet “Mico”, persona
fallecida el año pasado y muy querida por todos, que al principio de la idea de
establecer esta marcha, ayudó a la organización, buscando el trazado de la ruta
alternativa a la carretera 332, colaborando de forma desinteresada, guiando al
grupo hasta el último año con su vehículo, abriendo el paso e iluminando el
camino hasta el mismo Mascarat. Siempre le estaremos agradecidos de su
altruismo y simpatía.
Avanzando durante la Marcha (Foto Sergio Moreno) |
Continuando la marcha por tierras de Benissa y Calpe, sin adentrarnos
en ninguna población hasta Altea, cruzando el Mascarat (que da nombre a la
agrupación de senderistas que de diferentes localidades realizan salidas
organizadas durante todo el año y que apoyan, en gran medida, esta marcha), por
caminos embarrados, resbaladizos y con grandes pendientes llegando a la
carretera nacional, aún con la oscuridad de la noche, transitando por el arcén
cruzando el túnel, portando chalecos reflectantes y los frontales encendidos
para ser vistos por los pocos vehículos que a esa hora circulan. Llegamos a una
urbanización, justo enfrente de la iglesia ortodoxa, por donde nos adentramos a
la playa, siguiendo por ella hasta la misma estación de Altea, donde nos
pudimos sentar un momento para tomarnos un rico chocolate, café o leche con
torrijas y madalenas que tan dulcemente nos sirvieron en el bar de la estación.
Aquí cogieron el tren de regreso 5 andarines,
que por lesiones u objetivos marcados ya no continuaron. Han recorrido
46 Kms. y por la noche.
Por las calles de Altea, entre naranjos con olor a azahar y acompañados
de la esperada lluvia, seguimos hasta llegar a Benidorm, donde nos hacemos
todos juntos la foto de rigor dentro de la estación, y cambiándonos rápidamente
de la ropa de abrigo de la noche, mojada del sudor y de la lluvia, a otra más
ligera y seca para el día que portábamos cada uno en la mochila.
Primeros pasos (Foto Sergio Moreno) |
Bordeando la población nos dirigimos a la cala de Finestrat, para
continuar por senderos entre pinos, viendo desde lo alto la bonita playa del
Conil y divisando desde allí al norte el peñón de Ifach y al sur el cabo de las
Huertas. Bajamos por el sendero a la playa de Torres y llegamos a Villajoyosa
por el puerto marítimo, aproximándonos a la deseada parada que todos los años
hacemos en la cafetería Brisa donde nos esperan, ofreciéndonos variedades de
aperitivos y bebidas hasta saciarnos, calmándonos el hambre y la sed que ya nos
embargaba. En este lugar, en la cafetería Brisa, Fermín le hace entrega de un
ramo de flores a su dueña, por su generosidad tan desinteresada que nos viene
ofreciendo año tras año, agradeciéndoselo y deseando que así lo siga pudiendo
hacer durante muchos años más.
Hasta el apeadero de el Paraiso seguimos por el arcén de la calzada,
envueltos en chubasqueros resguardándonos de la lluvia que vuelve por la tarde
de 3 a 5, que para evitar en lo posible, los caminos de tierra que nos esperan
sabiendo del barrizal que encontraremos, decidimos coger el tren hasta Venta
Lanuza recortándole al camino 6 Kms.
Fermín Moreno, organizador de las Marchas |
Por las aceras de las calles que acceden a las singulares
edificaciones, construidas de diferentes arquitecturas, mostrando opulencia,
nos encontramos en la Coveta Fumá, hasta llegar al Campello, continuando
cruzando el puente del rio Seco, aunque esta vez llevaba bastante agua
recogiendo las lluvias caídas recientemente, y por el largo paseo de la playa
de Muchavista y de San Juan seguimos adelante para pasar junto a los campos de
golf y salir a la Albufereta, que por la carretera de la cantera, nos
adentramos en la capital, viendo a lo lejos el objetivo final de llegada, la
estación de Alicante del “trenet” (FGV) situada en la playa del Cocó.
Sobre las 7 de la tarde del
sábado 27 de abril llegamos 20 personas, 4 mujeres y 16 hombres culminando un
objetivo, y donde nos esperaban algunos familiares y amigos para hacernos
sentir como héroes que han logrado una hazaña, dejando a un lado el cansancio,
las molestias musculares, las rozaduras en los pies, las espaldas sudadas de
portar el equipaje, el sueño acumulado…, para sentarnos un roto más tranquilos
ya, sin tantas prisas y en torno a una mesa compartida, tomándonos unos
sabrosos pinchos en la terraza del bar de la estación que gentilmente nos
sirvieron, con la posibilidad también, de recibir un masaje corporal, aliviando
las cargas y tensiones musculares, facilitándonos la recuperación de tanto
esfuerzo acumulado. El cansancio de la mente se nos ha aliviado al día
siguiente al despertar, olvidándonos de tantos momentos, duros, de
arrepentimientos que nos embargaba cuando sufríamos con el cansancio y las
inclemencias meteorológicas, pero que en definitiva quedándonos en el recuerdo con el placer del
silencio de la noche captando sonidos ocultos, la meditación de cada uno, las
conversaciones interesantes con alguno de los compañeros, el agradecimiento a
la gratitud de los que nos ofrecen su apoyo a lo largo del camino,
haciéndonoslo más cómodo, a los que lo organizan y hacen posible que esto se
lleve a cabo, gracias por hacernos sentir parte de este reto que nos permite
vencer el afán de superación, y nos hace ver de lo que somos capaces de hacer
si nos lo proponemos.
Hasta el año que viene.
Escrito por: Lisardo Pollan